El valor de un espejo

Vemos continuamente en nuestro día a día elementos y situaciones que nos hacen decir que el alumnado se parece individualmente a sus padres. Hacemos posteriormente entrevistas con ellos y les decimos de la importancia de nuestras actuaciones como padres, de cómo nos relacionamos con nuestros hijos, y cómo debemos relacionarnos con ellos. Ese es el valor del espejo. Los padres son el espejo en el cual se miran sus hijos para seguir aprendiendo, para seguir creciendo, para poco a poco iniciar su camino. Pero es en ese contexto familiar, en ese ambiente en donde se generan la mayor parte de los aprendizajes, es decir, todo lo que hagamos ellos lo copiarán. En nuestro caso, los docentes queremos que los alumnos sean solidarios, que sepan trabajar en equipo, que entiendan que al compartir información se está aprendiendo. En definitiva, queremos un aula activa, y en el momento que lo ponemos en práctica nos llegan los miedos y los pensamientos que nos hacen ver una realidad que no es así, esa realidad «falsa» nos dirige al camino de la desesperación, frustración, del «se me va la clase». Una pequeña reflexión, si quieres que tus alumnos vivencien y se desarrollen bajo aspectos educativos como colaboración, relación, palabras, cooperación,… , vívelos tu primero docente, porque sino no entenderemos realmente que es un aula activa.

«La mente inquieta te hará creer que eres tu, que tu eres ella. No lo eres»